Ciudades del Norte de Texas transforman docenas de parcelas contaminadas, preparándolas para la reurbanización, gracias a un fondo de la Agencia de Protección Ambiental.
El subsidio es para la limpieza de antiguos terrenos industriales, donde puede haber sustancias peligrosas en el suelo, agua e incluso dentro de edificios dejados por empresas desaparecidas que incumplieron normas ambientales.
El año pasado la EPA adjudicó subsidios por $69 millones a 245 ciudades y otras entidades que evaluarán, limpiarán o reurbanizarán predios.
De esa cantidad, $1.3 millones fueron otorgados a ciudades texanas.
Arlington, Irving y McKinney están entre las ciudades del área que han recibido fondos para realizar estudios en antiguos terrenos industriales en los últimos años.
Los gobiernos de las ciudades muchas veces encuentran que tienen que persuadir a los propietarios prediales que no saben mucho acerca del programa y desconfían del gobierno, para que cooperen.
En McKinney, donde todavía hay $275,000 disponibles para estudios, el ayuntamiento envía el mensaje a los propietarios de que si ellos no fueron los que contaminaron, probablemente no enfrentarán sanciones.
La prioridad para todos debe ser simplemente encontrar la contaminación y limpiarla, particularmente en una zona industrial al este de la Autopista 75.
"Mucha gente no quiere tener nada que ver con el gobierno", dijo Don Day, concejal de McKinney y dueño de un predio en el centro de McKinney.
Pero, dijo Day, las secciones más antiguas de la ciudad tienen potencial para ser reurbanizadas, por lo que los fondos de la EPA son bienvenidos.
"No se puede resolver un problema hasta entender su magnitud", dijo.
En Arlington al principio hubo poca respuesta cuando las autoridades municipales invitaron a los propietarios a participar, pero una vez que promocionaron el programa la labor fue más fácil, dijo Douglas McDonald, gerente de planeación de proyectos del gobierno local.
En el 2010 Irving recibió un fondo de $200,000 para ubicar los antiguos terrenos industriales a lo largo de Irving Boulevard y en el proyecto Heritage Crossing del centro, que la ciudad quiere reurbanizar.
El año pasado la ciudad recibió otros $400,000.
"Al revitalizar una antigua zona industrial, se protege el patrimonio, se protege la inversión que ha hecho el público en la infraestructura", dijo Cynthia Castro, coordinadora de servicios empresariales de Irving.
"Estamos reciclando la tierra y eso nos da una base tributaria más grande, facilita el crecimiento del empleo y el desarrollo económico".
Los dueños participan de manera voluntaria. Primero, con un estudio se determina si puede haber contaminación.
En los lugares donde se sospecha contaminación, se realizan pruebas de suelo, agua y materiales de construcción.
En muchos casos el terreno está limpio, pero si se encuentra un grado de contaminación extendido, el terreno tiene que ser limpiado antes de que pueda volverse a construir en él.
Los fondos para estudios de contaminación que recibieron Arlington, Irving y McKinney no cubren los costos de limpieza, pero la EPA pone a disposición otros préstamos y subsidios para ello.
En algunos casos, las ciudades utilizan fondos propios.
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